sábado, 26 de marzo de 2011

Cada dos por tres serían seis.

Y bien, estarás contento, con esta van tres entadas consecutivas dedicadas a ti. Pero no te hagas ilusiones, será la última hasta dentro de bastante, o eso espero.

Por qué no pasa esto? el ni contigo ni sin ti. Recuerdo aun cuando hace unos tres meses te explicaba lo que era una sensación de vértigo, recuerdas? pues bien, ahora esa sensación no estaba. En absoluto. Lo único que había era un profundo vacío que me indicaba que me había caído. Que no había vértigo, porque cuando estas estampado contra el suelo no eres capaz de sentirlo.
Pero y el sentimiento opuesto? el de flotar en una nube? Lo daba todo por perdido. Me pasaban los momentos al más puro estilo diapositiva. Ni un hilo, ni mota de esperanza alguna. Tenia tierra encima, me pesaban las piernas, los brazos, me costaba hasta hablar. No tenía ganas de hacer el mínimo esfuerzo. Me pellizcaba, una y otra vez, deseando y rezando, aun siendo atea, porque todo fuera un sueño.
Pero pasó algo mejor, una llamada, una simple llamada como otras miles que habido y no han significado nada. Palabras que en otro contesto no tendrían nada de especial, pero que en ese preciso momento hacían que se me diese un vuelvo la tripa y me volvieran a temblar las piernas.
Y después tu cara, esa cara que nada más verte lo decía todo, y tu mano, de nuevo, y un beso. Y ya esta, se fue todo, las anteriores horas de angustia, de desgana, de todo. Como si me hubiera chutado un bote de éxtasis, igual.
No puedo ser más feliz, porque se me desgarraría la boca de ensancharla.
Para acabar solo te pediré que me Dejes ser una pasa, contigo, y a tu lado.


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