Se acabó, dormir hasta las tantas, desayunar viendo los dibujitos, pasarte las mañanas tirada en la cama, sin hacer nada, simplemente disfrutando de la libertad de no tener absolutamente ninguna obligación. Eso se acaba. Otros años, a mitad de las vacaciones, empiezo a echar de menos las clases, la gente que hay en ellas, y esa serie de cosas. Pero este año es la excepción, no tengo ni la más remota pizca de ganas de ir mañana a clase. Me pasaría un mesecito así, disfrutando de mi vaguería. De mis desayunos bien preparados por exceso de tiempo. De mi música a todo volumen a las 12 de la mañana, de esas largas duchas malgastando el agua al saber que no tienes ni una hora ni sitio al que llegar puntual. No me importaría nada no tener que volver. Quizá sea porque empiezo a aborrecer las clases, o quizá, y creo más en esta segunda, porque hay pocas cosas que me aten a volver a la rutina. Pero no voy a seguir lamentándome y lloriqueando cual niña pequeña por esto. No me queda otra, me resignare a ponerle buena cara al mal tiempo y me atare al hecho de que solo queden dos meses para que mi libertad dure algo más que diez días.
Bye bye!
que poco dura lo bueno!!!
ResponderEliminarjajaja
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XOXO