lunes, 4 de abril de 2011

Miedo.

"Para empezar diré que es el final, no es un final feliz, tan solo es un final. Pero parece ser que ya no hay vuelta atrás [...]"



Pues ese será el tema de hoy, el miedo. En concreto el miedo al destino de una persona, no sé si me explico. Miedo a como puede cambiar tu vida en un segundo por algo que a ti no te afecta directamente, es bastante curioso.
Los humanos por naturaleza tenemos miedo, miedo a las arañas, a los fantasmas, a los precipicios, al fuego. Pero yo esta vez me refiero a otro tipo de miedo, podemos llamarlo miedo sentimental. Pongamos de ejemplo nuestra niñez, cuando somos pequeños y nos gusta alguien. Nos sudan las manos, tartamudeamos y no somos capaz de entablar con esa persona ni media palabra. En ese momento tenemos miedo, lo que se conoce como miedo al rechazo. Pues bien, yo quiero hablar del miedo a perder a alguien, una vez que ya lo tienes estás en una lucha constante tanto contigo mismo como con el resto de personas y objetos por no perder a esa persona. Y no me refiero solo al amor conyugal, ni mucho menos. Todos tenemos miedo, por ejemplo, de perder a una madre. Estamos tan acostumbrados a ellos, tan amoldados a la vida con esa persona que solo el hecho de pensar que te falta, te quema por dentro.
Generalmente, este miedo con personas de tu misma sangre, es decir de tu familia directa, no eres capaz de experimentarlo. Pero en cambio con un amigo a una pareja se puede ver perfectamente.

Y a qué viene todo este royo? Pues bien, viene a ayer, y tú sabes a que me refiero. Viene al miedo que sentí al pensar por un instante que algo te había pasado. Note como se me daba el mundo la vuelta solo de imaginármelo. Yo ya había experimentado antes miedo contigo, miedo a perderte igualmente, pero no de la misma forma. Antes tenía miedo a perderte para mi, como lo que tu significas en mi vida. Ayer de lo que tuve miedo fue de perderte como persona, entera, con brazos y piernas incluidos.
Realmente ahora me río, me río de mi misma por tonta, por hacer una montaña de un grano de arena. Pero a servido para demostrarme que necesito que sigas ahí, de una forma u otra pero ahí. Así que ya sabes, haz un esfuerzo e intenta mantenerte entero unos sesenta años más, aproximadamente.

1 comentario:

  1. me encantan las fotos!

    http://www.thefourthcornerofstephanie.blogspot.com/
    xoxo

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